miércoles, 7 de abril de 2021

HISTORIA DE MORATALAZ (1): REFLEXIONES SOBRE MORATALAZ Y SU HISTORIA



Sergio Benítez Moriana


Aprovechando la puesta en marcha de este blog por la Mesa de Cultura y Deporte del Foro Local de Moratalaz, vamos a iniciar una serie de artículos sobre la historia de nuestro distrito y su espacio histórico. Antes de profundizar en los aspectos y puntos más concretos en próximos artículos, vamos a hablar de las coordenadas más generales en las que se incardina la historia del territorio.


 ¿Es Moratalaz un barrio “sin historia”? La respuesta sería para muchos positiva desde un punto de vista reduccionista, común y muy extendido de “lo histórico”. El distrito de Moratalaz empezó a surgir a finales de los años 50 del pasado siglo XX, por lo que es un territorio sin un enclave urbano con vocación de continuidad hasta décadas bien recientes y sin grandes hechos históricos acontecidos. Pero eso no lo convierte en un “lugar sin historia”. Porque además es un territorio que nunca ha estado desierto o alterado por la mano del hombre, como podemos deducir de cualquier enclave territorial en la Península del que se inicie una mínima investigación. La riqueza acuífera del terreno, atravesado por un gran número de arroyos y barrancos, común a gran parte del actual territorio de Madrid, sin duda lo harían un enclave apetecible para establecerse, como demuestra el hallazgo de un yacimiento epipaleolítico de hace unos 9000 años. No hay motivos para creer que no siguiera habiendo enclaves poblacionales a lo largo del Neolítico y la Edad Antigua, pero los desconocemos. 


Durante el periodo romano, parece que el territorio de Madrid no constituyó más que una región rural, beneficiada por la situación de cruce de caminos y la riqueza natural, Seguramente pudieron hallarse villas romanas, que tan comunes fueron por todo el territorio rural peninsular. Sabemos que hubo villas romanas en la Casa de Campo, Villaverde y Carabanchel, lo que hace que no sea nada descartable que hubiera bastantes más. Sin duda muchos secretos deben hallarse bajo el edificado suelo que difícilmente conoceremos. Y tal vez muchos pudieron ser destruidos por la fiebre inmobiliaria que vio nacer el actual distrito para no paralizar los trabajos de edificación. En esto, salvo en el yacimiento citado que se halló en Moratalaz, nos movemos en el campo de la especulación, pero las situaciones de destrucción de patrimonio arqueológico han sido situaciones por desgracia muy comunes.


La situación de un enclave urbano con continuidad, la villa de Madrid, determinaría la evolución de los usos del territorio del actual distrito. La primera noticia histórica de lo que hoy es la ciudad de Madrid data de la época del Emirato Omeya de Al-Ándalus, concretamente de finales del  siglo IX, cuando el emir cordobés Muhammad I (852-886) levanta una fortaleza en un promontorio junto al río Manzanares, en el lugar donde se alzan hoy la catedral de la Almudena (que procede de almudaina, que equivale a guarnición sobresaliente, con fuertes muros y abundante tropa) y el arranque de la calle Mayor. La función de esta fortaleza será la vigilancia de los pasos de las sierra de Guadarrama para proteger Toledo, la antigua capital visigoda. También la de Ribat, es decir, punto de reunión e inicio de las campañas contra los reinos cristianos del norte. Existen restos de un anterior enclave visigodo, que se conoce de manera muy insuficiente, en el cercano vallejo de San Pedro, por donde hoy transcurre la calle Segovia. Otras muestras arqueológicas de la presencia de una población estable en Madrid se encuentran en los restos de dos necrópolis visigodas, una en la antigua colonia del Conde de Vallellano —paseo de Extremadura, junto a la Casa de Campo— y otra en Tetuán de las Victorias. 


Los cristianos entraron en Toledo hacia el año 1083, pero el castillo de Madrid, con su medina inmediata, bien pudo caer antes, como plaza hallada en la ruta, o bien después, como satélite que sucumbe al hacerlo el gran centro regional. El Madrid cristiano se ubicó en una de las líneas defensivas del amplio territorio dependiente de Toledo. Pero Madrid fue ganando importancia y entre los siglos XII y XIII se fijó y configuró la extensión de la Comunidad de Villa y Tierra de Madrid, consolidándose como municipio de realengo, vinculado a la corona, cuyos privilegios son confirmados en 1123 (Carta de Otorgamiento, dada por Alfonso VII de León) y 1202 (fuero promulgado durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla). El territorio concejil o alfoz, de tamaño medio, se encontró rodeado en sus comienzos en gran parte por el vecino y extenso alfoz segoviano, con el que mantuvo litigios territoriales. Alfonso VIII puso bajo la jurisdicción de Madrid tres sexmos o departamentos rurales:

  • Sexmo de Vallecas, formado por Vallecas, Vicálvaro, Ambróz, Coslada, Rivas, Vaciamadrid, Velilla, Rejas, Canillas, Hortaleza, Chamartín, Fuencarral y Fuentelfresno. 

  • Sexmo de Villaverde, formado por Villaverde, Getafe, Fuenlabrada, Torrejón de la Calzada, Casarrubios, Humanejos y Perales.

  • Sexmo de Aravaca, formado por Aravaca, Las Rozas, Majadahonda, Boadilla, Alcorcón, Leganés, y los Carabancheles Yuso y Suso (Alto y Bajo), a excepción del castillo y tierra circundante, perteneciente a la Orden de Santiago desde 1206.

Aunque nos pueda parecer lo contrario, en la época medieval el uso del territorio estaba muy regulado. Se regulaba la propiedad y los usos jurisdiccionales (reales, concejiles, nobiliarios, eclesiásticos…), y el uso (agrícola, pastos, dehesas). Y así fue también para el actual territorio distrital, lo que permite su conocimiento. La dehesa de Moratalaz era una zona de dehesa y pasto, regada por el arroyo Abroñigal y los numerosos arroyos que la surcaban y que hoy han dejado su nombre en muchas de las vías principales del distrito. Señalaremos mejor esos topónimos en artículos posteriores.


Con la configuración de los ayuntamientos contemporáneos, en el siglo XIX, con un término municipal propio y bien delimitado, la mayor parte del territorio de Moratalaz ha dependido de Vicálvaro, principalmente, y de la Villa de Vallecas hasta bien entrado el siglo XX. Con la anexión, entre 1948 y 1954, de 13 municipios limítrofes de Madrid, estos se quedan incorporados a la capital y con ellos el territorio de nuestro distrito. Aunque ya contaba con enclaves poblacionales como la Colonia Hogar El Ferroviario y el llamado popularmente “Barrio de las Latas”, Moratalaz se empieza a urbanizar en 1959 con un plan programado por una sola empresa, Urbis, que construyó la mayor parte del distrito.


En 1971, Moratalaz fue separado de Vallecas, formando, junto a Vicálvaro, el distrito número 15. Moratalaz se desgajó del anterior distrito de Moratalaz-Vicálvaro en la reestructuración de 1987, pasando a ser el número 14, como permanece hasta la actualidad.


Feria del Libro 2021

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